sábado, 19 de febrero de 2011

Lavado de cara

Bueno, pues tras hacer un lavado de cara al blog, voy a explicar el motivo de haberle hecho electroshock a este blog y devolverle la vida.

Tengo un par de blogs, uno donde cuelgo manualidades que hago cuando me da por ahí y otro en el que contaba anécdotas sobre mi trabajo. He descubierto que hay gente que me seguía a "escondidas" y esperó el momento justo para meterme una buena puñalada por la espalda. Así que fin. Esa gente jamás encontrará este blog. ¡¡Y si lo encuentran es que tienen poderes y yo me rindo a sus dones!!

No es que vaya a escribir sobre nada muy comprometido pero no me da la gana de satisfacer su curiosidad y tengan el lujo de conocerme mejor. ¡Que les den!

La gente que me sigue ahora mismo o són realmente amigos de "toda la vida" casi, o son totales desconocidos. Y así seguirá siendo.

He vuelto

Por aquí ando de nuevo.
Me he propuesto seguir con este blog.

Que no decaigaaaa!!

sábado, 7 de noviembre de 2009

¿Esperas o haces?

Tras una pausa más que obligada por falta de tiempo, organización y exceso de pereza... Estoy de vuelta para compartir algo que estoy aprendiendo y poniendo en práctica. Importante lo segundo, ya que la teoría es muy fácil, pero la práctica conlleva más trabajo.

Toda vida tiene sus etapas. A veces estás arriba y a veces abajo, pero estemos donde estemos, podemos adoptar dos posturas: esperar a que nos ocurran cosas, o hacer que nos ocurran. Eso tiene un nombre, pero no consigo recordarlo...
Es que estoy haciendo un curso de Gestión de las emociones del profesorado y nos dijeron el nombre.

El curso está interesante aunque ha sido una sorpresa, agradable. Me apunté pensando que nos explicarían técnicas para afrontar el día a día en el trabajo en la escuela. Que, a diferencia de lo que puede pensar mucha gente, no es tan agradable como pueda parecer. Pero ahora no hablaré de eso, ¡que es fin de semana!
Pues bien, no trataba de eso, o no en la totalidad de las sesiones. Es un curso para mejorar nuestra "salud emocional". Es decir, como dar la importancia que se merece a cada cosa que nos ocurre en la vida, encajar tanto lo bueno como lo malo y luchar por lo que uno quiere conseguir.

Pues bien, en una de esas sesiones nos hablaron precisamente de lo que dije más arriba.

¿De qué tipo de personas sósi vosotros? ¿De las que esperan o de las que hacen?

martes, 29 de septiembre de 2009

Amig@s a toda costa

A veces creo que soy un bicho raro en esto de las relaciones interpersonales. Tampoco es que me preocupe en exceso.

A veces pienso que me gustaría tener más amigos. Sobretodo lo pienso cuando me apetece mucho hacer algo con mis amigos y por incompatibilidad de horarios, distancia e incluso gustos no puedo hacerlo. Entonces entro en "crisis" y quiero hacer montones de amigos. Luego vuelvo a la calma. Hacer amigos es complicado. Almenos para mi. Incluso a mis amigos más íntimos hay cosas de mi que no les cuento porque considero que son parte de mi privacidad personal. No estoy dispuesta a compartir mi vida con cualquiera que se cruce en mi camino. ¿Suena rancio? Bueno, es lo que hay.

Entonces, ¿qué ocurre cuando me cruzo con alguien que al segundo día me cuenta todo acerca de si mismo y sus amigos y familia? Que me dan ganas de salir corriendo, literalmente. Por mi cabeza se cruza un pensamiento del todo lógico: si esta persona, sin conocerme, me cuenta todo esto y me habla de tanta gente que ni conozco ni me interesa... Qué hará si me doy a conocer, si llego a ser su amiga?

La amistad no es cuestión de dedicarse a lo mismo, tener el mismo coche y haber perdido a la perrita el mismo año. No soy la "media naranja" (amistosamente hablando, espero!) de nadie que he conocido hace 3 o 4 semanas. No soy así y no lo seré nunca.

Quiero amigos si, pero amistad y tiempo van cogidos de la mano.

domingo, 13 de septiembre de 2009

A ver quien grita más...


Que si le quitan la niña a la Esteban, que si la Dell'Atte (he tenido que Googlear el nombre porque complicado lo es un rato) aconseja a Clemente porque es lo que hacen "los grandes",que si la Campa es una bruja...
Por el amor de Dios... Una cosa es distraer al personal, como con el fútbol, pero otra ya es caer en el horterismo.
A alguien de la calle le importa realmente lo que le ocurra a Belén Esteban? Lo más triste es que si. Tal vez no tengan trabajo desde hace meses pero eh, que a la Andreíta no la toque ni Dios. Un poco de seriedad gente!
Y la otra con su hijo como si fuera el gran bombazo del siglo. Antoñita, por mucho que tu digas, aquí en España se te conoce porque la Obregón te quitó al marido. Y deja de ir de señorona, con contratos y claúsulas y "privacy", tu te sientas en la silla de la Noria para hablar de tu vida y cobrar por ello, igual que cualquier hijo de vecino de ese mundillo en el que se mueven los "famosetes" de tres al cuarto.

Además es curioso que en estos programas de... diria del corazón, pero tienen de todo menos corazón, cuanto más se grita, menos razón se tiene. La persona que está segura de si misma y todo le resbala, no tiene ni porque molestarse en alzar la voz.

domingo, 30 de agosto de 2009

¿Dos opciones?

Me he cansado de eso de "analizar" las modas, como muchas cosas en esta vida, tal como vinieron las ganas, se marchan. Son épocas. Voy a cambiar un poco la orientación de este blog. Solo tengo dos seguidores así que no creo que se acabe el mundo porque cambie un poco de temática. De echo con el último post, el de los aviones, ya se intuyó el cambio. Ahora colgaré eso que todo el mundo llama: artículos de opinión. Aunque sean de temas de los más intrascendentes del mundo mundial :)

El título del mensaje viene dado a algo que dijo ayer el invitado de la Noria, uno de esos programas que pongo de fondo mientras pululo por internet, para "hacerme compañía". El invitado en cuestión, no sé si hubo más de uno, era Pedro Ruiz. Dijo algo así como que en la vida uno tiene dos opciones y cada una de ellas comporta algo intrínseco.

- Ser libre, que viene acompañado de la soledad.
- Tener poder, que viene acompañado de amigos (circunstanciales, añadió).

En parte reconozco que tiene razón pero también opinó que es una afirmación extremadamente drástica. Creo que la vida es muy larga como para poder pasar de un estado a otro según nuestro estado emocional o las circunstancias que nos acompañen en ese momento. De igual modo uno puede sentirse poderoso por el mismo hecho de sentirse libre. Y uno puedo ser libre y tener al amor de su vida a su lado.

¿Qué os parece la afirmación del invitado?

martes, 18 de agosto de 2009

Hablemos de aviones

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Hoy os vengo a hablar de estos inmensos aparatejos que nos permiten volar a sitios lejanos en horas. El hombre siempre ha querido volar, de hecho siempre ha querido hacer todo aquello que, por naturaleza, no podía hacer. No somos tan diferentes a los de “Venga chicos vamos a volar!” (mis adorados pingüinos fanáticos de la estadística). Y nada, pues el hombre voló, porque si una cosa tenemos, es la tenacidad también dicha terquedad.



Pero, como cualquier invento humano, los aviones y aeropuertos son sitios curiosos y, por experiencia propia, son lugares en los que nunca puedes dar nada por hecho. ¿Que crees saber qué te van a pedir en un control de seguridad? No te mates, seguro que haces algo mal o te piden algo que nunca antes te habían pedido. Si no te quitas las bambas, te las hacen quitar, pero si te las quitas verás que al de detrás tuyo no se las hacen quitar. ¿Que uno te dice que pongas incluso el bolso en la caja de plástico/pipiroom de gatos? En el siguiente aeropuerto te mirarán como a un terrorista como se te ocurra ponerlo dentro. ¡Perdón, perdón!, tendrás ganas de gritarle suplicante al poli. Porque no hay polis que den más cague que los del aeropuerto aunque si te paras a pensar no tiene mucho sentido que así sea. ¿Que te va a hacer? ¿Hacerte tirar la botellita de agua a la basura?



Unos te pedirán la tarjeta de embarque y el dni/pasaporte miles de veces, hasta te harán una foto para ver si luego, cuando subas al avión, que? no te hayas hecho la cirugía estética en los baños? O_O



No sé, parece ser la lucha por a ver quien la monta más gorda o algo así…



Pero, para mi, el sitio que gana en curiosidad, por llamarlo de algún modo, es el avión en si y su reducido espacio. Algún día, juro, que cuando los tripulantes de cabina (o algo así es como llaman a las azafatas y azafatos de toda la vida) terminen de contar, hacer el mimo, lo de las medidas de seguridad, me levantaré de mi asiento y pediré que me demuestren como, en clase turista, midiendo 1,72 centímetros, puedo adoptar la posición de seguridad para aterrizajes de emergencia, que viene en el manual que recomiendan que leas. Porque oye, o le pido entrenamiento al fumanchú de Ocean’s Eleven o no me veo yo capaz de hacerlo.